Guerra santa: Una monja «rescatada» asegura que María Livia no lo puede ni ver a Monseñor Cargnello y que armó todo
Una carta de una monja carmelita que tuvo que ser «rescatada» con orden de la fiscalía desde el claustro que cumplía en el Convento San Bernardo, planteó nuevas posibilidades para la defensa del arzobispo Mario Antonio Cargnello, en el proceso por supuesta violencia de género y económica contra las religiosas.
Eduardo Romani, defensor del líder de la Iglesia local, aseguró que están «a la expectativa» de los alcances de la carta que advierte manipulaciones de todo tipo por parte de las monjas administradoras del convento, quienes recibirían instrucciones directas de María Livia Galliano de Obeid, la mujer que dice ver y recibir mensajes de la Virgen del Cerro.
«Según lo que me confió la Hermana María Belén, en varias ocasiones la Madre María Fátima Priora y la Hermana María José del Niño Jesús Subpriora, quemaron documentación contable, yo pude ver esas acciones, pero no sabía de qué se trataba. Lo que se quemaba no eran las intenciones a la Virgen, ya que esta tarea la cumplían la Hermana María Inés, Hermana Lucía y la Hermana María Isabel. También se reunían a puertas cerradas por largas horas con asesores contables, el Sr Contador Obeid (esposo de Livia) y la Sra. María Livia», expresó la religiosa en la carta que fue enviada al vicario judicial de la Arquidiócesis de Salta, Dante Simón, dentro de un informe del pedido por el Vaticano. También se la presentó al fiscal penal Ramiro Ramos Osorio. El contendido de la misiva se conoció en las últimas horas a a través de varios medios de comunicación.
La carta asegura además que la denuncia contra el arzobispo Cargnello fue firmada «de antemano y en un hoja en blanco» por las religiosas, siempre bajo las directivas de María Livia, para activar un «protocolo» en caso de que el arzobispo Cargnello intentara intervenir el convento, luego del escándalo durante el sepelio de una religiosa dentro del claustro en el edificio de calle Caseros y que desató el escándalo con la denuncia por violencia de género contra el arzobispo.
«Firmamos esta hoja en blanco ante el escribano Federico Alurralde, el contador Carlos Obeid y su conyugue María Livia Galeano (solo ellos 3 estaban en el escritorio). Después de un tiempo, nos informaron que «había sido activado el protocolo y presentada la denuncia por violencia de género», alegando que era por culpa de la hermana María Magdalena que se había ido del Convento. Nunca tuvimos la claridad de que era lo que firmábamos» indicó la religiosa.