Identidad reservada: Testigo apunta a los hermanos Bejarano en el asesinato de Monges
Un testigo de identidad reservada reveló detalles escalofriantes sobre el asesinato de Darío Monges, atribuyéndolo a los hermanos Bejarano, originarios de Bolivia. Según sus declaraciones, el motivo del homicidio fue un ajuste de cuentas por el faltante de 20 kilos de droga. El testigo afirmó que Monges confrontó a David y Santiago Bejarano en su taller, ubicado en la avenida Constitución, para reclamar el faltante. Durante una reunión dentro de la camioneta de Monges, mientras bebían cerveza, la discusión subió de tono. «David iba adelante, Santiago atrás, y en medio de la disputa, David disparó a Monges», aseguró.
La defensa preguntó cómo obtuvo tal información, a lo que el testigo respondió que David, amigo cercano de Marcos González, era propenso a revelar detalles de sus actividades. Según el testigo, fue González quien le contó que David estaba nervioso, escondido y sin celular. «Después del homicidio, se llevaron el arma a una finca en La Caldera», explicó, refiriéndose al otro domicilio de los Bejarano, ubicado en los Yacones, donde aparentemente almacenaban armas y realizaban prácticas de tiro. Las pericias forenses en el lugar del crimen confirmaron el uso de dos armas de fuego, una calibre .25 y otra .22. Aunque en la camioneta se encontraron rastros de la escena, las pistolas nunca fueron halladas. El testigo sostuvo que Facundo Abadía habría llevado las armas a la finca.
En el interrogatorio, también mencionó que los Bejarano estaban vinculados al narcotráfico desde 2017, aunque nunca tuvo contacto directo con ellos. Dijo que «le hacían llegar mensajes a través de terceros» y que, tras ver la noticia del crimen de Monges en televisión, fue visitado por la policía. En esa ocasión, los agentes lo interrogaron sobre disparos y permisos que se habrían solicitado durante la pandemia, ya que David intentó inculparlo. La defensora Clarisa Galán cuestionó al testigo sobre por qué dejó de trabajar con los Bejarano, a lo que respondió que no le pagaron por un segundo trabajo y que, además, le robaron unas motos que había llevado al taller.