La improvisación de Guevara y el desastre de Cafayate
Los salteños hemos disfrutado muchas veces de la hermosa naturaleza de nuestra joya vallista. Noches de serenata bajo ese cielo bendecido, música y amigos. Gente de todo el mundo maravillada por tanta belleza. Sin embargo, parece que las gestiones políticas no le dan importancia. Tanto el ex intendente Fernando Almeda como la actual intendente Rita Guevara muestran una notable incapacidad de gestión.
Nos centraremos en la intendente Guevara, quien ascendió al cargo con promesas incumplidas y ha generado enemistades constantes. Es paradójico el caso de Guevara: debería impulsar las inversiones privadas que han convertido a Cafayate en una joya, pero se concentra en gestiones casi triviales que evidencian su falta de visión estratégica. Todo esto ocurre bajo la supervisión de su esposo, Samuel López, secretario general del gremio vitivinícola, lo que plantea conflictos de interés evidentes.
Mientras la ciudad se deteriora calamitosamente, Guevara anuncia con entusiasmo eventos de poca relevancia, como la segunda reunión de perros salchicha con desfile incluido, aunque no se confirma la participación de carrozas para los perritos. Lo más preocupante es que las ideas supuestamente brillantes provienen del «gurú» de Guevara, Héctor Dastoli, un guía espiritual y generador de actividades. Cafayate se estanca mientras el sector privado hace esfuerzos desesperados por mejorar e invertir en la ciudad. El ejecutivo municipal parece perdido y ni siquiera el casco histórico ha acompañado el desarrollo privado.
La improvisación de Guevara alcanzó su punto máximo cuando los concejales tuvieron que pedirle un informe sobre baños prometidos por la provincia que no se entregaron. El famoso refrán «Alégrate Cafayate» parece ahora una reliquia ante el deterioro de nuestra joya vallista.
La gestión de Guevara no cuenta con el apoyo del gobierno provincial, principalmente debido a su falta de formalidad para cumplir con compromisos y promesas de campaña con los vecinos cafayateños. Incluso el esfuerzo del gobierno por establecer un Centro de Convenciones en Cafayate no ha sido suficiente para mejorar su imagen. Rita Guevara enfrenta numerosos problemas debido a su forma de gobernar, que corre el riesgo de convertir una comarca en una simple aldea.