Argentina enfrenta desafíos económicos significativos, donde el 54% de los hogares se encuentra endeudado, tanto de manera formal como informal, según un informe de la CEPAL y el Ministerio de Economía. Esta creciente dificultad para acceder a créditos en el sistema bancario convencional se agrava con la devaluación del peso, que el Gobierno nacional implementó tras las elecciones PASO del 13 de agosto, generando una pérdida de poder adquisitivo del 22%.
En medio de este contexto, jóvenes menores de 25 años en el corazón de la ciudad de Salta distribuyen folletos que promocionan préstamos informales. Estos préstamos, gestionados en su mayoría por prestamistas individuales, imponen tasas de interés extraordinariamente altas, llegando a tasas mensuales del 30% al 50%, que anualizadas se traducen en cifras asombrosas del 360% al 600%. Esto contrasta con las tasas de interés de los préstamos bancarios convencionales, que oscilan alrededor del 140%.
Estos folletos de colores llamativos buscan atraer a personas excluidas del sistema bancario tradicional, ofreciendo préstamos rápidos y sencillos con solo presentar su Documento Nacional de Identidad (DNI). En tiempos de crisis económica en Argentina, donde las familias luchan por llegar a fin de mes, muchos recurren a esta opción desesperada para enfrentar sus dificultades financieras. Sin embargo, este tipo de financiamiento conlleva altos costos, casi usureros, para quienes lo utilizan.