“Soy un buen hombre» el intendente Moreno se victimiza antes de ir a juicio por abuso sexual
Daniel Moreno intendente de la Municipalidad de Vaqueros, enfrenta graves acusaciones de abuso sexual simple en perjuicio de Marina Córdoba, una empleada municipal despedida tras denunciar los delitos cometidos por el funcionario y su asesor y mano derecha de Daniel Romero. A pesar de las imputaciones y el proceso judicial en curso, Moreno optó por victimizarse públicamente, apelando a su «condición de hombre de bien» y denunciando una supuesta operación política en su contra.
Moreno, quien ejercía poder e impunidad desde su cargo, ahora se presenta como una víctima de ataques políticos, alegando que el despido de Córdoba no tiene relación con las denuncias de abuso sexual, sino que responde a una campaña para desprestigiar su gestión. Sin embargo, el panorama judicial es complicado para Moreno: la Unidad Contra los Delitos de Integridad Sexual (UDIS) N°3 solicitó el requerimiento de juicio en su contra, mientras en la UDIS N°1 también avanza otra causa por abuso sexual agravado contra Daniel Romero, quien fuera o sigue siendo su asesor.
Córdoba, tras denunciar los hechos en 2021, se convirtió en víctima de violencia laboral y fue separada de su cargo sin justificación legal. Además, Moreno le impuso, de manera arbitraria, un tratamiento psicológico o psiquiátrico en el hospital Ragone, a pesar de que la mujer ya recibía atención particular. Este intento de desviar la atención y desacreditar a la denunciante es solo una de las tácticas empleadas por el intendente, quien también fue denunciado por desobediencia judicial.
A pesar de las pruebas y pericias realizadas por el Polo de la Mujer y la Oficina de Violencia Familiar y de Género, que indicaron que Córdoba no puede volver a su lugar de trabajo debido a las condiciones de violencia a las que fue sometida, el caso sigue avanzando lentamente en la Justicia. Mientras tanto, Moreno continúa ostentando el cargo, tratando de desviar la atención de las graves acusaciones que pesan en su contra, mientras Córdoba sigue esperando que la Justicia actúe con la celeridad que el caso amerita