27 de julio de 2024
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“El Morsa” Berruezo, el dueño de la granja de marihuana más grande del país

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Gendarmería Nacional allanó su finca ubicada cerca de la Ruta Provincial 122 en el departamento de La Caldera, que había pertenecido a su padre y su tía y que luego Juan Andrés, “El Morsa” Berruezo heredó. Allí, le encontraron 7.205 plantas que crecían con tallos gordos entre la maleza y más de mil plantines en germinación en carpas especiales de lona negra.

Tenía su secadero especial, con más de 65 kilos de cogollo listo para fumar. También hallaron dos grupos electrógenos, fertilizantes e insecticidas, mochilas de rociado, equipos completos de jardinería. Había otras 2 mil plantas cerca de la casa principal de la finca, con dos autos, teléfonos, un par de armas de fuego y una prensa casera de hierro para compactar esos cogollos en ladrillos, como hacen los narcos de la selva del Paraguay.

Berruezo vivía en Monterrico, provincia de Jujuy, a unos siete kilómetros de distancia. Su casa fue allanada también, le incautaron documentación varia y 840 mil pesos. Su caída implica un cambio en la escena. 

Si “El Morsa” es realmente culpable, se convierte en un pionero. Es decir, no hay nadie así en el mapa de la Argentina en este momento. Al menos, no que la Justicia lo sepa. Nadie juega así de suelto en el negocio nacional de la hierba.

Para empezar, su perfil de vida no encaja con nada. Registros judiciales federales no muestran ninguna condena en su contra en primera instancia, ni siquiera una mención en un fallo del fuero. 

Los fiscales del caso sostienen que tienen pruebas suficiente para acusar a “El Morsa”, registrado como cultivador de tabaco en la AFIP. Sostienen que fue visto entrar y salir varias veces de la finca en una camioneta Chevrolet, que todo ocurría en su propiedad y que no podía desconocerlo. Volaron un drone sobre la granja para ver la hierba oculta entre la maleza y los árboles.

En enero ya habían identificado sus carpas germinadoras. Jonatan Garzón, su principal cuidador, fue arrestado y allanado también. El teléfono de Garzón fue intervenido. Las autoridades detectaron una conversación que ubica a su jefe en la quinta en un día en que efectivamente fue visto ingresando al lugar.